Las partes de una cerradura no son muchas, pero cada una cumple una función esencial para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento del mecanismo. Conocerlas te puede ayudar a identificar fallos, valorar cambios o simplemente entender cómo proteger mejor tu casa en Salamanca.
En una cerradura convencional encontrarás 7 componentes principales. En algunos casos también se considera la llave como parte del sistema, aunque no forme parte de la estructura fija.
Estas son las 7 piezas fundamentales de una cerradura estándar:
Vamos a ver qué función cumple cada una.
El bombín (también llamado bombillo o cilindro) es la pieza central donde se introduce la llave. Al girarla, permite accionar el mecanismo que abre o cierra la cerradura. Es la primera barrera frente a intentos de robo, por lo que conviene instalar bombines de alta seguridad (antibumping, antitaladro, etc.).
👉 No hay que confundirlo con la bocallave, que aparece solo en cerraduras antiguas que no tienen bombín.
También llamado golpe, el resbalón es la pieza en forma de cuña que mantiene la puerta cerrada sin necesidad de usar la llave. Se activa al cerrar la puerta de un empujón, y vuelve a su posición automáticamente.
Puede abrirse con el pomo o con la llave. Sin embargo, si dejas la puerta cerrada solo con el resbalón, podrías ser víctima de técnicas como el uso de tarjetas o radiografías. Por eso siempre se recomienda cerrar con llave.
Los bulones son los pasadores metálicos que se accionan al girar la llave. Se introducen en el cerradero del marco y bloquean la puerta. Si no están activados, la puerta puede abrirse con el pomo. Si están activados, es imposible abrirla sin la llave.
Son una de las partes más importantes para garantizar el cierre real de la puerta.
El cerradero es la placa metálica instalada en el marco de la puerta. Es donde encajan el resbalón y los bulones. Si no está bien alineado con el cuerpo de la cerradura, el cierre no será efectivo. Aunque suele pasar desapercibido, su instalación es clave para una cerradura segura y duradera.
El pomo es la parte que giras con la mano para accionar el resbalón desde dentro (o desde fuera si no hay bulones activados). Permite abrir la puerta sin usar la llave, siempre que no esté cerrada con vuelta de llave.
Es habitual en puertas interiores o de acceso que no requieren cierre de alta seguridad.
El frontal es la placa metálica visible en el lateral de la puerta, donde se ven los huecos por donde salen el resbalón y los bulones. Va atornillada a la puerta y mantiene fijo el mecanismo interior. También ayuda a identificar si la cerradura está bien instalada.
El escudo protege el bombín desde el exterior. Actúa como barrera ante intentos de extracción, taladro o ganzuado. Existen escudos cerrados, abiertos o magnéticos, cada uno con distinto nivel de resistencia.
Si buscas reforzar la seguridad de tu vivienda en Salamanca, instalar un escudo antirrobo es una de las mejores decisiones.